Suplementos nutricionales: ¿Sabemos lo que consumimos?

http://www.rtve.es/television/20190802/suplementos-nutricionales-sabemos-consumimos/1976473.shtml

 

El de los complementos alimenticios es un mercado muy lucrativo, que mueve cada año unos 920 millones de euros en nuestro país y unos 127.000 en todo el mundo. Aunque el mercado está regulado y protegido por varias normativas estatales y comunitarias, las cifras económicas aumentan cada año y también aumenta el número de sustancias que pueden incluirse bajo la etiqueta de estas sustancias, conocidas como “complementos nutracéuticos“.

Aunque en general, y siempre que no se exceda la dosis diaria recomendada por el fabricante, no son peligrosos, en España su consumo no se corresponde con las necesidades reales. Indagamos en la naturaleza, el uso y las ventajas e inconvenientes de estos complementos que muchos españoles consumen de forma voluntaria.

“Hay un vacío legal. Muchos consumidores no saben si lo que están tomando es un suplemento o un medicamento”, dice Maria del Mar Bermejo, portavoz de la OCU, que ha hablado en La mañana. “Aunque se vendan sin receta, hay que ser cuidadoso con las dosis. Si se hace mal uso y se toman sin control, pueden suponer un peligro para la salud”.

Además, hay que tener mucho cuidado con las webs que venden productos que se anuncian como suplementos pero no lo son, y por su composición pueden ser peligrosos.

¿Qué es exactamente un complemento alimenticio?

AECOSAN, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, define a los complementos alimenticios como “los productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada, es decir cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias”.

Aunque no viene literalmente en la definición, lo habitual es dar por supuesto que estos compuestos tienen un efecto favorable para la salud.

A grandes rasgos, estos complementos nutracéuticos pueden estar elaborados con vitaminas y minerales, plantas, aminoácidos o aceites esenciales.

¿Cuáles son los más consumidos?

Según datos de IMS (International Marketing Service), en el año 2015, en España, los complementos alimenticios más vendidos en España son los polivitamínicos y minerales utilizados para regular el sistema nervioso, sobre todo relajantes como melatonina, extractos de plantas o vitaminas del grupo B. Les siguen los adelgazantes o de control de peso y los laxantes y compuestos ricos en fibra, así como antinflamatorios, diuréticos y sustancias protectoras del hígado o reguladoras del colesterol. 

Los grupos anteriormente mencionados componen un 58% del consumo total en nuestro país. El otro 42% corresponde a un grupo sin clasificar donde se incluyen los complementos para la menopausia, los antienvejecimiento y antioxidantes, los suplementos para aumentar el rendimiento académico o los suplementos deportivos.

El consumo es excesivo para el cuerpo y para el bolsillo

Un dato curioso es que el consumo de estas sustancias no se corresponde con nuestras necesidades reales: los complementos que más ingerimos en España (Vitamina C, Vitamina E, Vitamina B12 y magnesio) no son los que en realidad necesitaríamos para suplir las carencias en yodo, zinc, Vitamina E y vitamina D que revelan los estudios en la población.

“La gente toma por su cuenta la decisión de tomar vitaminas o calcio”, explica Bermejo, “pero muchos ya consumen lo que necesitan en la dieta. El consumo es excesivo para el cuerpo y para el bolsillo”.

¿Es peligroso consumirlos? 

En general, si no excedemos la dosis diaria recomendada por el fabricante, no son peligrosos. El caso de la mujer fallecida en Badajoz por un consumo excesivo de ácido lipoico es extremadamente raro, aunque no ha sido el único.

AECOSAN, en base a estudios científicos, ha publicado un decálogo donde establece los niveles máximos admisibles de ingesta para cada uno de estos compuestos que, de todos modos, en ningún caso deben ser sustituvos de una dieta equilibrada. Además, si tomas otros medicamentos o tienes alguna enfermedad, es muy importante que consultes con tu médico antes de consumir ninguno de ellos (más aún en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia).

Lo natural no siempre es sinónimo de seguro

Y es que lo natural no siempre es sinónimo de seguro y una ingesta excesiva y continuada de algunas sustancias puede tener efectos perjudiciales para la salud en determinadas situaciones. Veamos algunos ejemplos de lo que el exceso de algunos complementos puede provocarnos:

  • Betacarotenos como la vitamina A pueden provocar malformaciones en mujeres embarazadas y perjudicar a los fumadores. Una sobredosis continuada puede dañar la vista, los huesos y hasta el estado general de la piel.
  • Laxantes, como el sen o la cáscara sagrada, además de crear dependencia, pueden evitar la absorción de nutrientes esenciales.
  • Diuréticos, como la cola de caballo, pueden provocar deshidratación y la eliminación de vitaminas y minerales.
  • L-Carnitina, muy popular en los gimnasios, puede dañar los riñones y provocar molestias como diarreas, mareos o nerviosismo.
  • Ginkgo biloba, una hierba muy popular por sus supuestos múltiples beneficios, está completamente contraindicada en caso de tomar anticoagulantes u otros medicamentos como el ibuprofeno.
  • B12, vitamina esencial para el sistema nervioso, consumida en exceso podría dañar hígado, riñones y nuestra visión. Además, no deberían tomarla personas con antecedentes de accidentes vasculares.
  • Vitamina E. Grandes ingestas de esta vitamina a largo plazo se relaciona con un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata.
  • Vitamina C. Este popular antioxidante, utilizado también para prevenir resfriados, puede provocarnos diarreas y molestias digestivas en dosis altas. En niños, estas dosis pueden incluso dañar los riñones y el hígado.
  • Glucomanano. Muy popular por sus efectos saciantes y potencialmente adelgazantes, está contraindicado en personas con problemas en el esófago y puede reducir la absorción de algunas vitaminas.
  • Carbón activado. Es uno de los ‘detox’ de moda, pero tomado habitualmente interactúa con multitud de medicamentos y a la larga puede provocar neumonitis y obstrucción intestinal.

En definitva, aunque no son necesariemente peligrosos, todos los suplementos que ingerimos pueden tener efectos adversos. Por eso es conveniente informarse antes de tomarlos de manera habitual.

¿Lo más importante? “Hay que comprarlos en establecimientos profesionales y adecuados y siempre por prescripción médica, no por decisión personal.”

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