Botamen del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León

La farmacia, enemiga de la enfermedad y amiga del hombre, es mucho más que una técnica, forma parte de la historia de la ciencia y del arte[i].

Con anterioridad a la industrialización y a las especialidades farmacéuticas, las boticas elaboraban de forma artesanal las fórmulas magistrales. Su proceso de confección era complejo y laborioso y las boticas tenían una capacidad de producción escasa. Se empleaba mucho tiempo en la elaboración de las fórmulas magistrales, desde la recolección o adquisición de los géneros medicinales hasta su despacho al público. Su precio era elevado, tanto que la mayoría de la población no tenía acceso a la farmacia oficial y se medicaba con las fórmulas de la farmacia popular y doméstica, que utilizaba géneros medicinales, sobre todo plantas, de precio reducido por encontrarse en grandes cantidades.

El uso de recipientes destinados a contener productos naturales o los preparados de uso común, dio lugar a la presencia del botamen, conjunto de botes destinados a conservar las sustancias necesarias para la elaboración de remedios medicinales. Las vasijas farmacéuticas son tan antiguas como el arte de curar, en principio se utilizarían cortezas de árboles, cuernos, arcilla o barro.

Los botes de cerámica fueron los recipientes idóneos para conservar algunos simples y las fórmulas acreditadas por el uso. Garantizaban su conservación, evitaban que los medicamentos se alterasen y estropeasen. Normalmente tenían una tapa para evitar el contacto con el aire.

El albarelo, de origen árabe, es la cerámica farmacéutica por excelencia. Tiene el centro más estrecho que el resto de su cuerpo, para facilitar su manejo. En ellos se almacenaron cientos de medicamentos. Además, embellecieron las boticas y las convirtieron en pequeños museos. Las que se han conservado, en su totalidad o en parte, son un vestigio de una época en que la farmacia era una técnica pero también un arte. Los albarelos superaron con mucho su utilidad funcional y adornaron las boticas.

En el Museo del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León, se conserva un magnífico botamen que cuenta con diferentes modelos de botes de farmacia custodiados en dos vitrinas de tres cuerpos cada uno de ellos. En la parte inferior de la estantería los cajones, con decoración de modillones, servían para conservar los simples medicinales.

OBJETO: Bote de farmacia

MATERIA: Porcelana

TÉCNICA: Moldeado pintado

Departamento Farmacéutico Profesional del COF de León

Bote de farmacia de cuerpo cilíndrico estrechado en el centro para facilitar su manejo, con hombros y galbo redondeados, cuello de perfil cóncavo. Boca y labio con grueso reborde. Decorado con un escudo cuyo campo está ocupado por una cruz radiante cimado por una corona cerrada y del que  penden por ambos lados un cordón de seis borlas. En la parte inferior del mismo hay motivos florales. Presenta listeles paralelos azules en el galbo Esta pieza fue fabricada para conmemorar la inauguración del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Orense y reproduce un escudo de un colegio de la Orden del Cister siguiendo la tradición de las series dinásticas talaveranas. En la base en letras mayúsculas y en azul: Inauguración del colegio oficial de farmacéuticos. Orense 1975; en el borde: Reproducción del botamen de la farmacia del colegio de San Juan de Monterrey.

[i] Juan Esteva de Sagrera. Facultad de Farmacia. Universidad de Barcelona

 

 

Enero, 2023

Departamento de Archivo

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